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Recuperar el consumo de una hortaliza tradicional por necesidad. SAKATA

Las cifras de venta de los supermercados siempre son un indicador fiable de la demanda de un producto. Las de calabaza se han incrementado entre un 8-10%, de media, y el año pasado, con los mayores niveles de producción en España, se vendió todo.

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La ‘nueva’ calabaza
Sakata está ayudando a recuperar un cultivo tradicional, basado en variedades locales que habían quedado obsoletas. Joaquín Navarro, su responsable de Cucurbitáceas, explica que “ahora el consumidor se lleva una única pieza de un kilo a 1,5 kg, la cocina y le da diferentes usos”.
La continuidad y regularidad del cultivo, unidas a su rentabilidad están provocando que productores y comercializadores potencien la calabaza. Las nuevas variedades están rompiendo con su perfil de consumo residual anterior para democratizarla y hacerla accesible al gran público. Además, el supermercado español tiene garantizados los 12 meses del año con calabaza nacional.
La Butternut o tipo cacahuete ya existía hace años, pero con unas variedades muy antiguas y todo para exportar a Reino Unido. Desde que Sakata desarrolló sus nuevos materiales, de mayor calidad y productividad, España está siendo influencia de orígenes como Francia o Alemania, que están aumentando el cultivo.
Cuando Navarro empezó a trabajar con la calabaza hace 12 años, había unas 200 o 300 hectáreas entre España y Portugal; ahora hay entre 3.000-4.000. De dicha producción, solo el 30% es para consumo nacional y el 70-80%, para exportación a Europa con una mayor tradición de consumo.

IV gama
El crecimiento de la calabaza viene impulsado por la IV y V gama. “Algunos supermercados están teniendo mayor crecimiento en este formato que en consumo en fresco, porque es un producto atractivo ya preparado, de hecho, los comercializadores están creando salas especiales para trabajarla”, explica Navarro.
La información y la comunicación también están ayudando a este crecimiento. Ejemplo de ello es Love Klabaza, una iniciativa impulsada por productores de España y Portugal que, junto con Sakata, incentivan su promoción y consumo. Actualmente, en nuestro país, existe un consumo muy bajo (aproximadamente 800 g), de ahí que duplicarlo no sea difícil, como apuntan desde la casa de semillas, hay que mirar alto.

«Estrella F1 permite cerrar el ciclo de comercialización con producto nacional los 12 meses del año»

Variedades Sakata
Las variedades que hay actualmente en el mercado son, como detalla Navarro, “más completas” y las de Sakata destacan por su calidad, uniformidad, productividad y rusticidad.
La variedad que está cambiando el mercado es Estrella F1. Tiene una conservación extra, con más calidad interna, mejor color, mayor nivel de azúcar, calibre más uniforme y mayor firmeza de carne. Esta variedad es la que permite comercializar producto europeo durante los 12 meses del año.
También nos encontramos con Mieluna F1. Es una novedad para exportación y que se está trabajando en el norte de Europa para ciclos de producción en veranos cortos. “La variedad destaca su precocidad, mayor postcosecha que otras más antiguas y funciona muy bien en la zona litoral de España”.
De cara al futuro, Navarro explica que trabajan en materiales con más azúcar, mayor producción, resistencias y mejor postcosecha. Sin olvidar que “la calabaza es agua y su escasez nos obliga a desarrollar variedades con menores necesidades hídricas”.

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