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“Naranja de Valencia” para lograr la diferenciación en los mercados. IGP CÍTRICOS VALENCIANOS

Impulsada por la IGP Cítricos Valencianos, pretende convertirse en un referente en los lineales y ser reconocida por los consumidores.

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La marca Naranja de Valencia echa a rodar. Se trata de la gran apuesta de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Cítricos Valencianos para llegar de manera más directa al consumidor aprovechando la vinculación que éste realiza de los cítricos con el origen ‘Valencia’. Es por ello que este proyecto no se limita solo a la naranja, registrándose también la marca Mandarina de Valencia, así como sus traducciones en inglés: Valencia Orange y Valencia Clementine. “Dentro del registro de variedades que tiene la IGP, hemos seleccionado las más selectas para lograr cubrir todo el calendario”, nos comenta José Enrique Sanz, gerente de la IGP. De hecho, de entre las 44 variedades autorizadas por el Consejo Regulador, solo se comercializan bajo estas marcas 16 de naranjas y 13 de mandarinas, todas con un índice de madurez interna superior a la media, lo que permite a las empresas que apuesten por ellas llegar con la máxima garantía y calidad a los lineales.
Hasta el momento son tres las entidades que han dado el paso: Agrios Selectos SL, Germans Fuster SL y Tresfrut SL, comprometiéndose a utilizar la marca colectiva Naranja de Valencia y renunciando a las suyas propias. “El objetivo es que en un futuro pueda ser utilizada por más operadores de la IGP”, indica el gerente, que considera clave para que aumente el interés de las entidades del sector, el éxito que obtenga la marca en los lineales en estos primeros meses de vida. “Tenemos plena confianza en que las cadenas de supermercados se van a interesar por este sello porque es un auténtico reclamo; aportamos un valor añadido necesario para diferenciarnos”.

La situación del sector
Sobre todo en un sector, como el citrícola, que vive una situación de exceso de oferta y con una enorme competencia en los mercados, no solo entre los propios comercializadores nacionales, sino también con la entrada de producto procedente de otros orígenes internacionales, como Israel, Egipto, Marruecos y Sudáfrica. “Con la IGP, los operadores cuentan con una importante arma comercial de diferenciación que permite distinguir de forma clara el origen de la fruta”, señala José Enrique Sanz, que pone en valor los más de 200 años de historia de los cítricos en la Comunidad Valenciana.

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