Melón con sabor a melón

Han pasado 10 años desde que visitamos por primera vez la firma SAT Hortiman, y mucho han cambiado las cosas desde entonces, tanto en esta entidad como el contexto socioeconómico en el que nos encontramos. Una placa indicando que han alcanzado la certificación IFS nos recibe en sus actuales instalaciones, que nada tienen que ver con aquellas en las que inició su actividad. Modernas, equipadas y preparadas para una nueva campaña de melón y sandía, la central de Hortiman es un ir y venir de sus máximos responsables ultimando detalles. “Confiamos en iniciar la comercialización de La Mancha al menos 20 días antes que el año pasado”, nos apunta Valentín Ramírez, gerente de la entidad.

Pero este dato, que a priori se antoja positivo, no enmascara la realidad a la que el sector tiene que hacer frente año tras año: la bajada generalizada del consumo que se viene registrando en nuestro país desde hace ya casi 5 años, y de la que parece no querer salir, o al menos no con la rapidez que todos desearíamos. “Ante esta situación, solo tenemos una opción posible, y es buscar una línea comercial que nos diferencie de la competencia”, señala Ramírez. Le preguntamos cuál es esa diferenciación, ese hueco que busca Hortiman. “Decir siempre la verdad, sin engañar ni a clientes ni a consumidores. Ofreciéndoles una fruta que sencillamente responda a su nombre de melón y sandía”.

Valentín Ramírez y Leocadio Ortiz, responsable  éste de compras de la entidad, nos muestran la campaña que a título particular van a lanzar este año de cara a sus clientes, indicándoles que todo el personal de Hortiman se ha formado para distinguir un melón con sabor de uno que no lo tiene, “por eso estamos seguros de que nuestros melones responden a la marca que les representa, Caramelo”, explica Ortiz.

Crecimiento en sandía

La sandía, y concretamente la apirena (sin semilla) está creciendo de forma importante en La Mancha gracias a que esta nueva tipología responde a las exigencias de los consumidores, y por lo tanto, aunque presenta quizás unos rendimientos por hectárea inferiores a la sandía tradicional, sí alcanza un diferencial de precios en los lineales que justifica la apuesta por esta fruta haciéndola atractiva para productores y comercializadores. “En sandía sin pepita sí tendremos un importante crecimiento en superficie y producción, destinándola íntegramente al mercado nacional”, añade Ortiz, quien aplaude la tendencia de la distribución por la comercialización de sandía en mitades, pues al mostrarse el interior del producto, atrae a clientes e incentiva la compra.w