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La fórmula perfecta

Supermercados e industria no deben situarse enfrente de los productores, sino ir de la mano para así convertir la patata nueva en un cultivo rentable y, sobre todo, tan apreciado por los consumidores españoles como por los europeos.

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La patata continúa siendo un cultivo en retroceso en Andalucía, donde solo la campaña pasada, según Fepex, su superficie cayó entre un 10%-15%. La fuerte competencia de la patata francesa de conservación y el descenso del consumo a nivel nacional son los causantes de una situación que, lamentablemente, se viene repitiendo año tras año. Sin embargo, y entre tanta cifra negativa, siempre hay quien decide seguir hacia adelante buscando fórmulas de éxito que, en ocasiones, pueden resultar perfectas, como es el caso de Contagri.

Esta empresa sevillana cuenta actualmente con 450 hectáreas de patata, 150 de ellas en producción ecológica y algunas, incluso, en invernadero. “Este es el quinto año que hacemos cultivo bajo abrigo”, nos explica durante nuestra visita a una de estas explotaciones Marco Antonio Román, gerente de Contagri, quien añade que esa producción va dirigida, en concreto, a dos clientes europeos, uno belga y otro alemán, que “solo quieren patata europea, se niegan a importar de Israel o Egipto para reducir así la huella de carbono y, por tanto, demandan nuestro producto cuanto antes”.

Los supermercados son los principales clientes de la firma sevillana, que está detectando una nueva tendencia en la distribución: “Buscan acercar la producción al consumidor final”. Para ello, son las propias cadenas las que compran la materia prima que luego el productor envía a los embolsadores. De este modo, el agricultor está más satisfecho con el precio que percibe y el supermercado tiene un mayor control del mercado. “Es la fórmula perfecta”, afirma Román, quien añade que, gracias a ella, “podemos crecer, invertir en mejoras y nuevas formas de cultivo como el invernadero”.

Contagri destina el 100% de su producción, tanto convencional como bio -15.000 toneladas la campaña pasada- a exportación, aunque “nos encantaría apostar por el mercado nacional”. Sin embargo, en nuestro país, y a diferencia del resto de Europa, siguen teniendo enfrente a la distribución y la industria, que prefieren la patata francesa de conservación. El único factor que les anima a no dar definitivamente por perdido este mercado es el consumidor: “Se está dando cuenta de que la patata de Francia, a partir de enero o febrero, no tiene calidad culinaria” y, de hecho, está cayendo el consumo de este tubérculo.

Una conciencia 100% bio

• Contagri inició la producción
ecológica de patata hace 15 años.
• Están extrapolando sus prácticas bio al
convencional, reforzando su apuesta
por la sostenibilidad.
• Cultivan 1.000 ha en total,
450 de patata, 150 de ellas bio.
• Boniato, zanahoria y brócoli son sus
nuevos productos.

Recuperar el mercado nacional
Para lograrlo es necesaria la implicación de todas las partes, productores, cadenas e industria y, sobre todo, es fundamental “no engañar al consumidor”. Hay que otorgar valor a la patata diferenciándola por usos culinarios, pero “no se debe hacer esta diferenciación cuando, en realidad, como ha ocurrido antes, se le está vendiendo un mismo producto”.

En este contexto, y mientras es posible o no recuperar el mercado nacional, en Contagri apuestan por diversificar sus cultivos con un doble objetivo: por un lado, ofrecer a sus agricultores una mayor rentabilidad y, por otro, poder realizar las rotaciones que les exige la producción bio. En este sentido, ya cultivan brócoli, zanahoria, e incluso, boniato, hortaliza que en dos años prevén producir solo en ecológico.

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