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“Debemos buscar estrategias que pongan en valor las frutas y hortalizas”. AECOC

Los productos de IV Gama ya lo han logrado, situándose como un claro ejemplo de la importancia de innovar y desarrollar nuevas soluciones que permitan crecer a esta categoría.Entrevista a Bárbara Calvaresi, responsable del Sector de Frutas y Hortalizas de AECOC.

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Según el informe ‘Indicadores de Compra y Consumo en Frutas y Hortalizas 2019’ se aprecia una tendencia al alza en la demanda de estos productos propiciada, en parte, por la aparición de la IV Gama.

¿Qué otros factores determinan este crecimiento?
El desarrollo y los avances de la IV Gama en frutas y hortalizas es sin duda uno de los motores del crecimiento de la categoría que, gracias al auge de lo saludable -atributo clarísimamente vinculado a estos productos- está viviendo su momento más dulce. Y justamente porque el sector está pasando por un buen momento, debe aumentar su inversión en innovación y desarrollar soluciones para hacer crecer y afianzar el consumo. Nos quedan muchos retos por delante, entre ellos poner en valor el sabor de las frutas y hortalizas que llegan a los consumidores. De hecho, según el citado informe, este es el segundo motivo de consumo después de la salud. Por eso debemos trabajar para garantizar al consumidor una experiencia de consumo óptima.

Sin embargo, y pese a este impulso al consumo, continúa por debajo de las cifras recomendadas. ¿Qué aspectos siguen condicionándolo?
Los tres grandes frenos al consumo de frutas y hortalizas son el rápido deterioro del producto, el precio y la pereza que provoca pelar las piezas. La IV Gama da respuesta a cada uno de estos inconvenientes, pero no debe de ser la única estrategia. Educar al consumidor sobre las bondades de las frutas y hortalizas e incluso sobre cómo conservarlas es clave.
Ya son muchas las empresas que destinan parte de su producción a crear productos envasados o investigar soluciones para alargar su vida útil a través de, por ejemplo, recubrimientos comestibles capaces de ralentizar el proceso de oxidación. Estas innovaciones no solo ofrecen opciones de consumo más fáciles para los usuarios, sino que también contribuyen de forma decisiva a reducir el desperdicio alimentario. Finalmente, no debemos olvidar el papel de administraciones públicas y empresas en la promoción del consumo. La etiqueta healthy está de moda, sobre todo entre los más jóvenes, y está en nuestras manos lograr que la alimentación saludable sea un estilo de vida más que una tendencia pasajera.

“El rápido deterioro del producto, el precio y la pereza que provoca pelar las piezas frenan el consumo

Entre las razones del descenso del consumo de frutas y hortalizas destaca el precio, que se ha encarecido en el último año. ¿Cree que el hecho de utilizarlo como reclamo ha hecho que el consumidor considere que no merece la pena pagar más por estos productos?
Con productos de precios tan volátiles como la fruta y la verdura, competir por precio acaba siendo una estrategia a muy corto plazo. Es cierto que el consumidor ha asumido que son bienes de bajo coste, por lo que la industria debe buscar estrategias que pongan en valor su producción. Los productos de IV Gama lo han logrado, ya que su éxito se ha producido a pesar de que la relación coste/cantidad es más elevado que en los formatos convencionales de I Gama. Esta categoría ha dado en el clavo a la hora de poner en valor la fruta y la verdura facilitando al máximo su consumo. En paralelo, la industria debe emprender estrategias para educar al consumidor acerca de la riqueza de variedades existentes, la temporalidad, las formas de consumo, la preparación, la conservación y las cualidades de los productos. Además, debe aumentar su trabajo en marketing, buscando un posicionamiento y un mensaje que realce las frutas y hortalizas como productos de valor añadido y con capacidad de llegar al máximo de consumidores.

Proximidad, un packaging más sostenible y un producto bio a un precio accesible son las tres principales demandas del consumidor. ¿Está el retail preparado para afrontarlas? ¿Estas tendencias son solo una moda?
El retail no tiene otra opción que estar preparado. Hace demasiado tiempo que hablamos de proximidad, sostenibilidad y salud como para interpretar que estamos ante modas pasajeras. Son tendencias de consumo que han llegado para quedarse: aportan valor al producto y su presencia es un factor clave en la decisión de compra. Desde hace años, las empresas trabajan en soluciones para reducir los plásticos, reciclar e incluso desarrollar materiales innovadores y 100% biodegradables. Y los consumidores se muestran favorables a pagar algo más a cambio de encontrar envases respetuosos con el medio ambiente.
Los retailers avanzan también para dar respuesta a la preocupación del consumidor sobre la sostenibilidad de los productos que compran. Una empresa líder como Tesco ya vende zumos Waste Not, hechos a partir de frutas y verduras imperfectas. Con esta estrategia se alinea con la lucha contra el desperdicio alimentario y comunica a sus usuarios su compromiso con la sostenibilidad. Algo parecido ocurre con los productos de proximidad. El 45% de los consumidores valora encontrar productos de agricultores locales en su establecimiento de referencia y esto ha hecho que los retailers incorporen cada vez más referencias locales en sus lineales.

 

¿Cómo poner en valor la producción?
 Educar al consumidor sobre la riqueza de las variedades existentes, su temporalidad, formas de consumo, preparación, conservación y cualidades del producto.
 Más marketing para posicionar las frutas y hortalizas como productos
de valor añadido.

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