Cooperar para afrontar el cambio climático. SAKATA

En estos inicios de 2020, ya nadie duda del cambio climático, incluso los que por alguna razón misteriosa persisten en el empeño de negarlo. Las dudas ahora se ciernen alrededor de la intensidad de dicho cambio y sus consecuencias. Nadie ha venido del futuro para decirnos cómo serán las cosas en 20, 50 ó en 100 años. Pero es muy probable que, una vez más, se cumpla la ley de Murphy y se produzca el peor de los escenarios.

Hoy sabemos que la Humanidad tiene una enorme capacidad innovadora y es capaz de superar cada día el récord del día anterior si se tiene voluntad de hacerlo, lo cual nos llena de esperanza. Pero ahí puede estar también el problema, que, en conjunto, no reunamos la suficiente voluntad para afrontar los cambios que se necesitan. Y eso es lo que la historia nos ha enseñado: la evolución es el resultado de los cambios totales, de los cambios en positivo (en la buena dirección), pero también de los negativos y de los que no cambian.

En un artículo publicado en Nature el 10 de octubre de 2018, un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, encabezados por el profesor Marco Springmann, manifestaba que serán necesarias todas las herramientas de innovación a nuestro alcance -y algunas más- para superar los retos de la producción de alimentos. Una de las técnicas de mejora con mayor capacidad de generar cambios positivos en el comportamiento de las plantas que nos alimentan es la edición génica, que permite modificaciones limitadas y controladas en el material genético que pueden ser esenciales para el futuro de algunas variedades y, por extensión, para la sostenibilidad del sistema alimentario.

Unos meses antes, en julio de 2018, una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea asimilaba las técnicas de edición génica a la modificación genética (GMO) en contra de la opinión unánime del sector científico y tecnológico, poniendo un enorme lastre al desarrollo de dicha tecnología y a los avances que de ella se pueden derivar.

En Sakata, junto con todo el sector de la obtención vegetal o la mejora de plantas, lo tenemos totalmente asumido: somos cambio permanentemente, nuestro éxito –incluso nuestra supervivencia- reside en nuestra capacidad de cambio en la buena dirección. Y queremos aprovechar cualquier oportunidad de comunicación con el resto de los sectores productivos y la sociedad en general para fomentar la comunicación, el diálogo y la adopción de estrategias orientadas a producir un cambio en la consideración legal de la edición génica en Europa. Nuestra dedicación continua a la obtención de variedades tolerantes a la sequía, la salinidad, las altas temperaturas y demás situaciones de estrés relacionadas con la climatología tendrá un resultado ínfimo mientras no podamos apoyarnos en dicha tecnología.

Invitamos a todos los sectores relacionados con la producción alimentaria a unirse a esta demanda y agradecemos a los medios de comunicación que nos cedan sus tribunas para ponerles letra y voz cuando sea posible.