Anatomía de un tomate
David BañosPeriodista
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Es la fruta más consumida. Desde que los descubridores españoles los importaron de América se han extendido por todo el mundo. Los primeros tomates, localizados en la zona andina, poco se parecían a las variedades actuales. Ya entonces los había verdes, rojos y hasta amarillos. Ahora, además, los encontramos rosas, negros, naranjas o azules. Tienen sabores ácidos y dulces. El tamaño también varía, desde el más pequeño de los cherries, al mayor de los beef. Su importancia es tal que, en gran medida, la comercialización hortofrutícola a nivel global se organiza en torno a este producto y sus diferentes variedades. En la frutería del barrio, el mercado de abastos, el super o el centro comercial de nuestra ciudad la sección de frescos suele estar presidida por el rey de los vegetales. Más allá de su relevancia a nivel económico, es un superalimento rico en vitamina C. Su eficacia en la prevención del cáncer está demostrada, teniendo mayor poder antioxidante que algunos medicamentos.
Se calcula que cada año se producen en todo el planeta unos 60 millones de toneladas. El principal productor es México, seguido de Holanda y Jordania. Si Almería fuese un país entraría en el ranking en la cuarta posición con 535.000 toneladas de producción durante la pasada campaña (según datos del último informe elaborado por Cajamar). En este rincón del sureste español el tomate continúa siendo la estrella. Su valor exportador superó los 470 millones de euros. Dentro de la extensa gama varietal que presenta este producto en la provincia almeriense, sin duda, la que se lleva la palma desde el punto de vista del valor es el verde asurcado de sabor, principalmente el Raf, tan apreciado y valorado en la zona. Su precio máximo, en subastas de referencia como la de Agrupalmería, ha terminado el año 2.016 por encima de los 9 euros. Y es que hoy en día hay tomates para todos los gustos, pero éste sigue siendo el número uno por sabor, dulzor, textura y calidad.
Recientemente, en una cata dirigida al público no experto, pude comprobar cómo el consumidor valora aspectos tan importantes como el sabor o el olor, con independencia del precio del producto. El trabajo de los agricultores especialistas y de las casas de semillas está permitiendo que se mantengan variedades tradicionales y que surjan otras nuevas que apuestan por ese valor diferencial en los mercados. Este es el camino del éxito, por el que debe continuar transitando la principal zona productora de nuestro país. Almería debe ser vista por los mercados como “la catedral del tomate y el paraíso del sabor”.
No veo q hablé de la anotomía del tomate sin embargo el enlace es para eso