Motivos para ser optimistas GRAL. CEBOLLA Y AJO
Tanto el ajo como la cebolla han logrado buenos resultados en un 2015 en el que los precios han ido creciendo y la comercialización ha mantenido su tendencia positiva.
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Los sectores de la cebolla y el ajo tienen motivos para sonreír. Tras algunas campañas de inestabilidad en los precios y en la comercialización, se ha instalado una dinámica positiva que repercute directamente en el crecimiento de estos productos. En este sentido, las cotizaciones se han situado al alza durante 2015 y en el caso concreto del ajo, por encima de los 2 euros el kilo, “asegurando la rentabilidad de los productores”, indica el presidente de la Mesa Nacional del Ajo Español, Julio Bacete.
En cebolla, la situación es similar. Se inició el año con unos precios algo bajos, aunque ya en el mes de diciembre habían alcanzado los 30 céntimos. En destino, la variación no ha sido tan importante, aunque también ha habido incremento, pasando de 0,95 en enero a estar ligeramente por encima del euro. “Los precios han sido buenos para el agricultor desde el inicio de 2015”, celebra el presidente de la Asociación Española de Cosecheros Exportadores de Cebolla (ACEC), Alfonso Tarazona.
El aumento de las cotizaciones en ambos sectores viene de la mano de un leve descenso productivo. Así, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), en la actual campaña se ha destinado un 3% menos de superficie para la cebolla, lo cual ha provocado una caída de hasta el 6% en la cosecha nacional, situándose en 1,23 millones de toneladas. Además, las incidencias climatológicas en la primera mitad del año provocaron una reducción de los rendimientos.
Lo mismo sucede en el caso del ajo que, aunque sí ha crecido en superficie (un 3%), vio cómo la climatología provocaba una leve merma en la producción respecto a la campaña anterior, pese a las estimaciones iniciales que preveían un aumento. No obstante, se lograron producciones mayores en las variedades más tempranas.
Asimismo, la comercialización ha respondido de manera positiva en el último ejercicio, mostrando indicios de una consolidación de la recuperación, y de la calidad que atesora el ajo y la cebolla nacional. De los datos de FEPEX se desprende un aumento de las ventas en el exterior, con el mercado europeo como principal destino de estas hortalizas, aunque también crece el extracomunitario. De esta manera, las exportaciones en los primeros nueve meses del año crecieron un 18% en volumen y un 28% en valor en el caso del ajo, y un 3% en volumen y un 18% en valor si nos referimos a la cebolla.
“El año ha sido muy bueno” comenta Alfonso Tarazona, quien recuerda que la cebolla española de calibre alto ha respondido bien en los mercados internacionales, “donde no tenemos competencia”.
Profesionalización en la cebolla
No obstante, pese a este año tan positivo, el presidente de ACEC se marca como reto para el futuro más cercano la profesionalización en el sector. “Es algo que repetimos año tras año, pero no terminamos de lograr”. Del mismo modo, lamenta que está demasiado atomizado, algo que le resta capacidad a la hora de negociar con la distribución, y que no se crean organizaciones de productores que aúnen intereses.
Unidad en el sector del ajo
En el ajo, los buenos resultados de 2015 permiten mirar al futuro con optimismo, pero con responsabilidad. “El principal reto que tenemos por delante es crear una Interprofesional que unifique los criterios y los intereses de las dos asociaciones principales del sector del ajo”, afirma Julio Bacete, que considera clave esta unión para lograr más fuerza en las negociaciones. De hecho, tanto la Mesa Nacional del Ajo como la ANPCA ya han dado muestras de unidad en las negociaciones con la Comisión Europea para evitar la eliminación del sistema de solicitud y concesión de licencias de importación a las cantidades de producto que llegan de países extracomunitarios fuera del contingente GATT, conocidos como certificados B. “Resulta paradójico que miles de toneladas de ajo que hasta ahora se estaban controlando en la Aduanas de la Unión Europea, provenientes de China o Argentina, puedan en lo sucesivo entrar en nuestras fronteras sin certificado B”, señala Julio Bacete.
Otro de los objetivos marcados a fuego es el de trabajar en variedades autóctonas más productivas, para hacer frente a la competencia china. Eso sí, sin disminuir la calidad del producto. “Variedades como las nuestras ofrecen actualmente menos rendimiento, pero mayor calidad, y eso debe seguir reflejándose en los precios”.
Dos sectores, por tanto, el de la cebolla y el del ajo, que han sido capaces de sobreponerse a las dificultades de años atrás y que tienen un brillante futuro por delante.
JUAN HERRERA